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martes, 1 de mayo de 2007

Peloduro - Julio E. Suarez

El inolvidable maestro del humor nacional habría cumplido 90 años, pero sigue joven en el legado de sus fraternos personajes,
Para "Pelo" no hay almanaque


Auténtico maestro del humor nacional, el recuerdo de "Peloduro" está siempre latente a través de sus personajes que son parte del Imaginario colectivo. Símbolo perdurable de un estilo y una época.
Si "Peloduro" viviese sería el primero en ensayar el consabido chiste por sus 90 años -que hubiera celebrado con una copa en alto, en rueda de amigos, el 16 de setiembre pasado- y seguramente "El PuIga", desde su esquina "caniyera" de los papeles con letras", le gastaría una de sus infaltables bromas con ese chamuyo pleno de giros y figuras traviesas de la picaresca de la calle.
Para Julio Emilio Suárez Sedraschl, simplemente "Pelo" o "El Mono", no hay olvido posible y, por eso su legado artístico sigue vivo, palpitante, a la manera de un gran maestro del periodismo en las vertientes del humor y la caricatura política, con una captación costumbrista y sicológica realmente admirables.
A 34 años de su muerte, ocurrida el 15 de agosto de 1965, el trazo inimitable del catedrático de los humoristas nacionales, mantiene una vigencia que le gana por varios cuernos al paso irreversible del tiempo. Tanto es así, que bastaría apenas con cambiar el nombre de los protagonistas de sus notas y de sus dibujos satíricos, punzantes, pero invariablemente respetuosos en su esencia, para tener un gran friso del acontecer en la comarca y el mundo.

LA INSPIRACIÓN CALLEJERA

Observador nato, estudioso sin pausas, pero sobre todas las cosas un conocedor profundo del mundo callejero que interpretó como pocos y llevó al papel en esos dibujos y caricaturas que reflejaban de manera exacta el clima de lo cotidiano, las facetas de la gente sencilla, los perfiles de cada uno de los políticos y de los personajes de todos los ámbitos. Sus lápices, las cartulinas, la disciplina de trabajo que nunca entró en colisión con su espíritu naturalmente bohemio y ese talento a raudales que volcaba en sus trabajos y se patentizaba en sus célebres "monos", que perduran en el imaginario colectivo.
Personajes que a la vuelta de las generaciones siguen prendidos al sentimiento popular: desde "Peloduro" -que hizo nacer en las páginas de EL PAIS, en 1933-a "El Pulga", pasando, entre otros, por "El Pileta", "El Dulce", "La Porota", "El Torta", "La Choronga", "El Pulguita", "La Nena", "Chumbito" y el entrañable perro "Firulete", siempre con la mosca sobrevolándole simbólicamente como una forma de ilusión andariega y compartida.Esencialmente, una filosofía popular en torno al hombre y sus aconteceres, en lo bueno, lo regular y lo malo, que desgranaba al margen de acartonamientos o elitismos y captaba con ojo clínico en el estudio de tipos y situaciones de cara al mundo atrapante de lo callejero, en la intimidad de los barrios y los boliches, en el entorno familiar, en las canchas de fútbol y en las fiestas multitudinarias, en la fina melancolía tan íntimamente nuestra del tango y en los perfiles sin réplica posible de los viejos carnavales.
De sus propios conceptos se desprende, en el vuelo de los recuerdos, esa óptica tan especial para comunicarse con la gente a través de sus dibujos: -"Muevo mis personajes tal cual los he visto moverse en ese pintoresco ambulatorio que son los barrios montevideanos. Mis muñecos hablan, se expresan de una manera defectuosa, es cierto, pero que yo encuentro no exenta de ternura. Elegí ese lenguaje porque a riesgo de incurrir en paradoja, le encuentro expresividad en su misma falta de expresión".

EN LA ALTA MADRUGADA

"El dibujo, la caricatura, lo aprendí solo: trabajando, viviendo, mirando...", afirmó en algún momento, lo que sin embargo no excluía su formación en las artes plásticas, de casi una década, en el taller del gran maestro Joaquín Torres García. Cada trazo suyo era una forma segura de regocijo para el gran público e, incluso, para el personaje que era caricaturizado, la mayor parte de los cuales -¿como olvidar, entre tantas, la celebrada serie dedicada a Eduardo Víctor Haedo?- celebraba a la par de su creador y de la gente común las muestras de fino humor, sátira y gracia, de sarcasmo e ironía sin agresiones gratuitas, de honda reflexión y ternura; en suma.
Había nacido en Salto, donde realizó sus estudios primarios y secundarios y también las experiencias iniciales en el mundo apasionante del dibujo, que llevaba en el alma.
A los 18 años ya había elegido Montevideo para su residencia definitiva y, de manera clave, como forma de acceder al mundo del periodismo, tras dejar por el camino su idea inicial de estudiar arquitectura. Fue caricaturista "al paso", como forma de ganarse la vida, desde las mesas del legendario Café Vaccaro, de la barriada del Goes, y cuando empezó la trilla en "El Nacional", del maestro Carlos Quijano, fue para ya no abandonar nunca las redacciones periodísticas montevideanas, que frecuentó profesionalmente en su totalidad.
Sus "monos" dieron vida a personajes para siempre, como ese "Peloduro", que espontáneamente le daría su apodo, al que hizo surgir en EL PAIS, cuando corría 1933, época de la primitiva y legendaria Redacción de Ciudadela, por entonces la calle con mística de "tinta y plomo" donde se nucleaban casi todos los diarios capitalinos.
Y, también, la peña en común de los hombres de ese ámbito en el mítico Café "La Noche", donde "El Gaucho" Humberto Correa hiciera nacer de su inspiración a "Vieja viola", un tango emblemático de los colores y climas de la alta madrugada que nació para quedarse en la propia historia del género.

DEL CAMPITO A LA OLIMPIADA

El origen de aquel personaje en nuestras páginas pautaba una historieta innovadora y de hálito callejero impulsada por el olfato popular y la sagacidad periodística del entonces Administrador, don Carlos Scheck, y se presentaba como "La novela de Peloduro: del campito a le Olimpiada", con el fútbol, pasión de multitudes, como motivo central.
La tibieza de las evocaciones trae al presente lo que fue la bienvenida de EL PAIS -bajo el título "iniciamos la publicación de una gran historieta. Una novela gráfica de Julio E. Suárez"- a ese imborrable emprendimiento pionero: -la historieta de Suárez, por su belleza, por su gracia, por su emoción, por su contenido humano, es uno de los intentos más serios -estamos seguros- en el sentido de superiorizar, dándole formas perdurables a esta nueva manifestación del dibujo".
Al evocarse ahora al fraterno creador, viene también al recuerdo su jerarquía como notero, el admirable empecinamiento de sus cuatro aventuras con su propia revista, la celebrada "Peloduro", el gracejo de sus intervenciones radiales y sus libretos sin par, ese imperdible "Diccionario del Disparate" y "Los Comentarios Internacionales del Pulga", el personaje surgido de su inspiración al que confesamente más quiso, sin duda porque fue el intérprete cabal del alma de cualquier barrio, con los diarios infaltables bajo el brazo, su voceo de gorrión callejero y la frase ingeniosa y picaresca siempre a flor de labios.
Cierta vez, cuando en un reportaje el cronista le pidió una autodefinición "Pelo" sonrió con melancolía, acarició suavemente su impecable peinado a lo Gardel y dejó caer la frase chispeante que lo pintaba de cuerpo entero: "Nunca tuve auto ni definición; no me alcanzan la plata ni los méritos". Por una vez discrepamos con sus palabras: es cierto que la plata nunca le alcanzó, pero en cambio los méritos le sobraron para la eternidad del sentimiento de pueblo.

"Pensamiento vivo a gracia y picardía"

- Hay mujeres caseras pero ninguna como la reforma agraria, que no sale nunca.
- Cuando los hombres se matan son épocas de guerra, cuando no dejan vivir son épocas de paz.
- Es tan necesario evitar los "golpes de Estado" como el "Estado a los golpes".
- Alter ego: Corriente alterna del yo interior que interfiere con la frecuencia del yo corriente, provocando corto-circuitos en la personalidad.
- Balbuceo: Ómnibus 141-142.
- Contraste: Condición que es común al ser humano y las guitarras.
- Descompostura: Condición que establece una diferencia fundamental entre el hombre y la máquina. Ej.: cuando un automóvil se descompone, se detiene; en cambio cuando un hombre se descompone, corre.
- Exclusivo: Que dejó de pertenecer al clús; que se borró de socio.
- Fundamental: Ideas y pensamientos que acuden en tropel a la mente cuando uno revuelve la cabeza en la funda de la almohada sin poder conciliar el sueño.
- Galimatías: Galli (Matías) vecino de la Agueda, buena persona.
- Hematoma. ..y hemafuma. Después, claro, hematosis...
- Iconografía: Estadística que se lleva de las veces que salió el 03 por la voluntad de San Cono.
- Juerga (Viva la): Adhesión gallega a la causa de los huelguistas.
- Kurdistán: Región turca donde el que no se agarra una turca se agarra una kurda.
- Lucifer: Dirección telegráfica de Luz y Fer S.A. Importadora de tentaciones del Infierno.
- Macho: Animal del sexo masculino al que los tangos, si es hombre le prohiben llorar.
- Secesión: Sesión de la directiva de la Sociedad de Tartamudos.
- Traste: Cada uno de los espacios en que está dividido el brazo de una guitarra. Cuando es uno solo y no hay guitarras, sirve para sentarse.
- Uranio: metal sólido, muy tímido, que no se metía con nadie, hasta que, perseguido por las fuerzas de la democracia, reventó atómicamente.
"Filosofando". con "El Pulga"
El tiempo y la vida
El tiempo te viene a ser la moneda que los hombre inventaron pa medir la fortuna'e su perra vida. Por eso que todo los hombre van gastando el tiempo que tienen en cantidade siguale. Y es una ley fatala que los año vayan pasando pa todo el mundo, sin distinción de religione, color de la piel, indiologías y otros capricho'e la naturaleza humana.
Sí habería la posibilidá que algunos gastaran má tiempo que otro o un suponer, que se pudiera orrar la moneda'el Tiempo tal y cual que puede hacerse con otra moneda'el curso legal o sea fiducia, resulta de que haberla gente tacaña que toavía taría viviendo la final del siglo pasao. Y otros caso pior del generumano que viven adentro la Avaricia y la Angurrencia, que a esta altura'e la vida toavía andarían por la Regolución Francesa, sin despreciar.
Demientra, toavía ta por saberse si es el Tiempo que pasa por nosotro o si somo nosotro que pasamo por el Tiempo. Eso nunca quedó aclarao. Avece me pregunto ¿onde se irán tirando los Año Viejo, que se han venido usando tiempo atrá?. Tenería que haber un Archivo de los Año Viejo, o cuantimeno de los má súltimo, por las duda que uno se hubiera olvidao de algo y tonce así poderá ira buscarlo.
Si juera así, te garanto que, yo me haría una escapadita ta'el año que me casé con la gorda de mi mujer. Enque más no juera pa cantarle cuatro fresca a la susodicha fecha nefasta.
Unos dicen que "la Vida es corta' y otros dicen: "Perra Vida'!. Tonce, pa breviar, uno dice: la Vida es una Perra Corta", y así no se ofende a nadie. Por eso yo sostengo, pa terminar esta tesi, que hay vivir de mientra se vive, que'es el deber de uno. Como ta demostrao por los hechos, morir no es cosa'e I'ancumbencia de uno.
Viva la Vida! (Vieja, alcanzame los remedio). EL PULGA (Facultá de Humanidade. Primer Piso, asensor)

Así lo ve "Arotxa"

Julio E. Suárez, "Peloduro", fue un maestro auténtico que impuso un estilo basado en el humor de buena ley, en el ingenio, en la observación certera de tipos y costumbres, en la picardía bien de pueblo, sin apelar jamás a lo soez, ni a los golpes bajos.
Por eso mismo, logró convertirse en referente indiscutible de una época, con todo lo que ello supone en cuanto a reflejar una manifestación cultural y una identidad colectiva que siempre palpitó en sus trabajos.
En lo suyo fue el mejor y tuvo la satisfacción, justamente recordable, que los protagonistas de sus caricaturas políticas de aguda sátira, ironía y sarcasmo, resultaran los principales festejantes de esos trabajos realizados sobre la marcha, en medio del vértigo y la inevitable premura que caracterizan a todas las redacciones periodísticas.
Como el caso más recurrente y emblemático, sin duda, de Eduardo Víctor Haedo, un "bicho" político" fuera de serie -dicho ello con respeto- a quién dedicó sus más punzantes trazos que, sin embargo, en ningún caso fueron mal intencionados. Era otra ley del juego, otros hombres y otros estilos, en un Uruguay también diametralmente distinto en muchos aspectos.
A manera de síntesis, estimo que "Peloduro" perdura con toda justicia en el tiempo a través de sus propias creaciones, lo cual indiscutiblemente, sólo está reservado a los grandes de verdad.

Escribe: GURUYENSE - El País - Lunes 4 de Octubre de 1999

Foto y caricaturas
IMBORRABLE. "¡ Silencio !, que el maestro ta´creando..." , diría "El Pulga" al observar al "Mono" Suárez.
SIMBOLICO. Una de las carátulas de la revista "Peloduro", con la caricatura de Eduardo Víctor Haedo, que fue el más fervoroso admirador del dibujante. Camaradería honda, más allá de lo político.
PERSONAJES. Cada "mono" surgido del lápiz de "Peloduro" tenía el destino inequívoco de identificar un perfil costumbrista de lo popular. En eso fue único, con creatividad admirable en dibujo y palabra.
FERVORES. Un entrevero espeso en el área chica, con toda la travesura de "Peloduro". Las vivencias del barrio, el lenguaje popular, el mundo de la política y las cadencias de lo cotidiano nutrieron su inspiración.

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