Translate

Subscribe:


Datos personales

martes, 1 de mayo de 2007

Juceca - Otra vez la pelota en la casa del vecino!

Otra vez la pelota en la casa del vecino!
Por JUCECA

Por favor, que alguien le esconda el pasaporte.
Uno quisiera ejercitar su mente con reflexiones medianamente graciosas sobre asuntos menos escabrosos que los que, a diario, produce el señor Presidente. Pero no es fácil escapar a la tentación, casi diría a la comodidad, de ocuparse de sus alarmantes declaraciones cada vez que sale.
¡Ya tuvo que abrir la boca! ¡Ya tuvo que hablar de más! No podía estar sin mandarse una. Mire que se le dijo, ¿o no se le dijo?, bien que se le dijo que no hablara, que no contestara a los periodistas, que se controlara, que tuviera cuidado con los ataques de espontaneidad, pero el señor, no señor, el señor va y habla. Es más: se le dijo que no fuera, que se quedara quieto, pero el señor, no hay caso, no solo fue, sino que además habló. Resulta que cada vez que el señor sale, uno se queda aquí con el Jesús en la boca, porque el señor en cualquier momento puede hacer un papelón. Y lo hace. Otra cosa no hará, pero papelones, a troche y moche. Y sin necesidad. Porque a mí que no me digan que tenía necesidad de colgarse de la oreja de Bush a la vista de todo el mundo, ninguna necesidad, que con las declaraciones anteriores sobre la invasión a Irak ya había conseguido la plata para seguir tirando un tiempito más, entonces, ¿a santo de qué esa adulación de yapa? ¿Qué es eso de regalar, con nuestra plata, máquinas de potabilizar agua para los iraquíes, a los mismos que les reventaron los caños y los dejaron sin una gota?. Y después se pone a pasar lista sobre las generosas actitudes que, a su entender personal, han tenido los norteamericanos con algunos países. Que estoy seguro que a Bush maldita la gracia que le hizo que le nombrara a Vietnam.
Que el señor debiera saber muy bien que no se nombra la soga en la casa del ahorcado. Y ya desbocado, haciendo memoria al vuelo de las ayudas norteamericanas al mundo entero, nombra a Japón, y también maldita la gracia que le ha hecho a Bush, que le recuerden el país donde se efectivizaron los lanzamientos de las dos bombas atómicas de destrucción masiva, sobre poblaciones civiles. No era el momento, ni el lugar, pero el señor, desubicadito como siempre, va y se lo zampa en los jardines de su casa blanca. Y uno aquí, temblando porque en cualquier momento llega la noticia, la imagen y la palabra del señor que anda de viaje. La imagen vaya y pase, pero la palabra no tiene arreglo. ¿Y lo de las elecciones en la Argentina? ¡Ay Dios mío! ¡Otra vez la mula al trigo! ¿Por qué tenía que pronosticar un ganador?. ¿Serán vicios de burrero? A pocos días de la largada, cuando el candidato del actual presidente Duhalde, Néstor Kirchner, se juega contra Menem, el señor no se controla y da, como seguro ganador, a Menem. ¿Nadie le dijo al señor, que Duhalde llega de visita a Montevideo la semana que viene?
¡Ay Dios mío! ¿No hay quién le avise, o le avisan y se olvida? ¿Vendrá Duhalde? Posiblemente el señor presidente de los argentinos tenga la delicadeza de ahorrarnos el bochorno de otra escena lamentable de disculpas y perdones. Pero bueno, lo hecho, hecho está, y habrá que apechugar. Lo dejaron ir, y ahí están las consecuencias.
El asunto, ahora, es ver cómo se evita que vuelva a salir. Algunos hablan de esconderle el pasaporte a último momento, y otros de subirlo a la rueda gigante del Parque Rodó y dejarlo arriba. Yo no quiero ser drástico, pero me parece que si no lo atan, vamos a volver a las andadas. Atarlo, o darle unos sedantes que le quiten esa velocidad de respuesta que tiene. ¡Ay Dios, mío, hagan algo!

0 comentarios: